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Un grupo de jóvenes universitarias mexicanas asistían en París a cursos de verano, y compartían un departamento amueblado y equipado. Un día, la secadora de ropa dejó de funcionar. La primera reacción del grupo fue aportar dinero entre todas para pagar un técnico que acudiera y reparara el desperfecto, pero antes, una de ellas decidió verificar en internet si podía encontrar una forma de arreglar la falla ellas mismas. Efectivamente, encontraron un video en youtube que les guió en el proceso de diagnóstico y reparación. Como consecuencia, un técnico parisino se quedó esperando una llamada de servicio que nunca llegó. Este es un ejemplo de un fenómeno mundial, que está transformando la vida de todos.

 

El advenimiento de internet, el desarrollo tecnológico y la globalización han provocado una revolución para la mayoría de los mercados y organizaciones de prácticamente todas las industrias y países. Muchos trabajos se han transformado o desplazado, provocando la sensación de que han desaparecido y, como efecto, que las personas se encuentren “fuera de lugar” y eventualmente, sin trabajo. Para muchas personas en el mundo ha sido impactante debido a que no han podido prever esta evolución, y mucho menos han podido prepararse. La velocidad y el alcance de estos cambios no tienen precedente, sin embargo, la capacidad de adaptación y respuesta de las personas sí lo tiene.

 

Rompiendo el estancamiento

¿Qué se requiere, entonces, para enfrentar esta nueva realidad económica y social? La respuesta es enfocarse en la capacidad natural -de todas las personas- de aprender cosas nuevas. Esta idea, aparentemente simple, encierra una trampa para muchos, y es que la creencia de que los adultos no aprendemos nada nuevo está más generalizada de lo que pudiéramos pensar. No es políticamente correcto aceptarlo ante los demás, pero en lo interno, muchas personas creen, respecto a sí mismos y los otros, que sus habilidades e inteligencia siempre llegan a un punto a partir del cual ya no pueden evolucionar.

 

Carol S. Dweck (Stanford) ha investigado durante décadas el impacto de la actitud mental en el desarrollo de las personas y sus consecuencias en su éxito económico y social en el corto y largo plazo, y ha detectado cómo todas las personas podemos aprovechar este potencial. En su obra “Mindset – The New Psychology of Success” expone sus principales hallazgos, y explica que las personas se mueven básicamente entre dos creencias:  que las habilidades e inteligencia de las personas son estáticas (“fixed mindset”), y que las habilidades e inteligencia están en constante evolución (“growth mindset”). Dweck expone que la mentalidad de crecimiento es básica para enfrentar y remontar los retos, y que la alternativa (mentalidad estática) resulta ser, en la mayoría de los casos, un callejón sin salida. La mayoría de las personas podemos exhibir una mentalidad estática en algunos temas, y una de crecimiento en otros. El punto clave, expone Dweck, es que la mentalidad estática es una creencia errónea, pues existen múltiples evidencias de investigación que demuestran que la inteligencia y las habilidades pueden desarrollarse en cualquier etapa de la vida.

 

La mentalidad de crecimiento nos abre a la posibilidad de enfrentar los desafíos con una flexibilidad que se traduce en capacidad de adaptación y re-invención, que nos deja ver las oportunidades a veces ocultas tras aparentes amenazas, y que considera que nuestro futuro no está aún escrito.

 

La película Hidden Figures (USA 2016, en México “Talentos Ocultos”) es la historia -basada en hechos reales- de un grupo de mujeres afro-americanas que trabajan en la NASA haciendo cálculos de trayectorias para las primeras misiones espaciales. Al margen de los matices hollywoodenses e inexactitudes históricas, la trama gira alrededor de la actitud de tres personajes de este grupo, que no se conforman y se esfuerzan por mejorar y alcanzar sus objetivos. Hay muchos filmes que abordan el tema de la actitud mental y motivación personal necesarias para alcanzar el éxito, y por lo general, algunos de ellos se antojan exagerados o imposibles. Pero ¿qué hay de cierto, y en todo caso, de práctico en todo esto?

 

La Estrategia Vital

El filme nos muestra la mejor estrategia en acción para enfrentar las amenazas y los retos: Evolucionar nuestra perspectiva.

 

Aquí, la idea en tres pasos:

 

1. Adoptar la mentalidad de crecimiento. Entender y aceptar que nuestras habilidades e inteligencia están continuamente evolucionando, aún cuando no pongamos atención. Esta perspectiva genera nuevas interpretaciones y conductas, habilitando nuestra capacidad de adaptación. Todo cambio esencial inicia con un cambio de perspectiva.

2. Podemos anticipar -con una exactitud razonable- cuáles serán las habilidades requeridas en el futuro, si nos proponemos averiguarlo. Nadie puede predecir el futuro, pero sí podemos hacernos una idea general de cuáles serán los escenarios posibles a los que desembocará una situación actual específica, ya sea personal, en nuestra empresa, mercado o sociedad y, por tanto, anticipar qué habilidades serán valiosas y cuáles dejarán de serlo. La clave es dedicar un poco de tiempo a la reflexión crítica sobre el futuro. 

3. Podemos escoger qué habilidades e inteligencias desarrollar. Aplicando el tiempo y esfuerzo adecuado, podemos dirigir el rumbo de nuestro desarrollo y, por tanto, podemos llegar a dominar nuevas habilidades. Esto a su vez nos permitirá enfrentar y remontar nuevos retos. Adoptar un método puede ayudar a hacer más eficiente y rápido este proceso. 

 

Esta estrategia es la que utilizamos los seres humanos para adaptarnos y sobrevivir; su validez se ha demostrado para organizaciones de todo tipo, grupos e individuos a lo largo de la historia. En la medida en que se adopta, la tensión y ansiedad se convierten en esfuerzo y rumbo, habilitándonos a transformarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno, y lograr que las cosas que buscamos puedan suceder.