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Estrategia y Ejecución | BPI - Business Process Improvement

Nuevas Oportunidades en la Cadena de Valor

un ejecutivo en una sala de juntas observando con una lupa un diagrama de procesos que est

Encontrar nuevas oportunidades implica observar la cadena de valor con una óptica diferente que reta el estado actual de operaciones y procesos

En el corazón de toda cadena de valor —desde la extracción de materias primas hasta la entrega del producto final, pasando por diferentes eslabones de producción y distribución— existe un potencial oculto que rara vez es explorado con profundidad: el Valor Perdido. Se trata de un conjunto de oportunidades económicas desaprovechadas que nacen de necesidades implícitas y latentes en cada eslabón de la cadena, necesidades que no suelen ser visibles en los diagnósticos tradicionales ni en las evaluaciones estándar de procesos.

La idea en breve

  • Todos los eslabones de una cadena de valor tienen necesidades implícitas y latentes (necesidades ocultas) que no son atendidas. El valor económico potencial suele ser un Valor Perdido significativo, que al ser recuperado aumenta la eficiencia de la cadena.

  • Los métodos y herramientas tradicionales no son capaces de detectar los Valores Perdidos, debido a que exploran los procesos en un marco prestablecido de valor que no considera las necesidades ocultas.

  • Los eslabones que avanzan primero en esa iniciativa suelen capturar la mayor parte de los Valores Perdidos, incrementando significativamente su margen, limitando oportunidades a otros eslabones.

Detectando los Valores Perdidos

Estas necesidades ocultas no están en los reportes ni en los flujos visibles de trabajo. Residen en los requerimientos rechazados, en las frustraciones no verbalizadas por el diseño de los procesos, en las ineficiencias normalizadas que todos aceptan como parte del sistema. Se manifiestan como tiempos muertos que nadie cuestiona, costos que se toman como parte de los estándares, o carencias de información que todos aprenden a soportar. Allí, precisamente, se esconde el Valor Perdido: oportunidades no explotadas que podrían convertirse en mejoras sustanciales en eficiencia, calidad, tiempo y costo.

El problema es que los enfoques tradicionales —lean, reingeniería, mejora continua—, aunque valiosos, operan dentro de marcos conceptuales rígidos que definen de antemano qué es valor. Este marco estrecho impide ver más allá de lo evidente. Es como buscar oro con un detector calibrado solo para encontrar clavos. Las herramientas convencionales detectan lo que fue diseñado para ser visto, pero ignoran las necesidades que nunca se formularon explícitamente. La detección y ponderación de los Valores Perdidos requiere métodos y herramientas nuevos, que permitan extender la Cadena de Valor más allá de las fronteras que existen entre cada eslabón.

Competitividad por los Valores Perdidos

En este contexto, los eslabones de la cadena que logran trascender ese marco tradicional y deciden incursionar la cadena de valor con nuevos ojos y nuevas herramientas, empiezan a encontrar una gran cantidad de necesidades no atendidas —propias o de sus clientes internos y externos—, colocándose en una posición estratégica privilegiada. Son quienes detectan primero el Valor Perdido y, al recuperarlo, generan un salto en eficiencia y rentabilidad que no solo los fortalece, sino que altera el equilibrio de poder dentro de la cadena. Al mejorar sus márgenes, estos actores limitan las oportunidades de mejora para otros eslabones, consolidando su ventaja competitiva y su influencia dentro del ecosistema.

La carrera por capturar el Valor Perdido ya no es una opción, sino una necesidad estratégica. Quien no logre identificarlo y actuar con rapidez, quedará relegado en una cadena que premia al que ve lo que otros no ven. Porque en la nueva economía de la eficiencia, el valor no se crea solo haciendo mejor lo que ya se hace, sino descubriendo lo que aún no se ha hecho.

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